Por increíble que parezca uno de los problemas con los que nos estamos encontrando actualmente, y justo antes de presentar el proyecto en el Colegio de Arquitectos, es el Certificado de Eficiencia Energética de la vivienda. Esto se debe a que nuestra vivienda ha sido etiquetada como muy poco eficiente.
Según el Real Decreto 47/2007, todos los edificios de nueva construcción tienen que tener una etiqueta de eficiencia energética, similar a la que encontramos en electrodomésticos. La clasificación energética de los edificios se realiza mediante el software CALENER. Se puede encontrar interesante información al respecto en un artículo de Terra.org, en el que se pueden leer afirmaciones tales como:
“Por ejemplo, un edificio de clase A puede consumir más que uno de clase C pero que es mucho más pequeño y puede prescindir de instalaciones potentes, etc…”
“Con el sistema planteado actualmente, hay que ceñirse a soluciones estándar y limitaciones en el diseño constructivo para formar parte de los patrones aceptados por unos rígidos programas informáticos.”
Con respecto a los programas con los que realizan las mediciones se comenta:
“Respecto a usabilidad, son muy cerrados y poco prácticos y no admiten soluciones constructivas que se ha comprobado que podrían incidir y mucho sobre el consumo de energía de los edificios, como por ejemplo los invernaderos.”
“… no permiten o son poco efectivos para premiar soluciones más innovadoras que vayan más allá de las normativas en cuanto a sostenibilidad.”
El sistema de evaluación impuesto es tan cuestionable que da lugar a situaciones tan paradójicas como que, si nuestra vivienda tuviese un par de plantas más y refrigeración mediante un equipo de aire acondicionado centralizado de alta eficiencia, su clasificación energética sería mucho más favorable que con el actual sistema bioclimático de refrigeración mediante un patio semi-enterrado.
¿Alguna sugerencia para mejorar la clasificación de la vivienda? Obviamente, sin tener que sustituir los sistemas de climatización bioclimáticos por sistemas de calefacción y refrigeración centralizados convencionales.
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