Cómo no podía ser de otra forma, el sistema eléctrico de la vivienda también responde a un planteamiento de bioconstrucción. Estamos usando tubo corrugado libre de halógenos. Igualmente, los cables responderán a este criterio.
Este tipo de tubos y cables son de seguridad, no emiten sustancias tóxicas ni gases corrosivos en caso de incendio. Además tienen una muy baja emisión de humos, por lo que son menos dañinos para las personas. En lo que al medio ambiente se refiere, estos cables no emiten dioxinas a la atmósfera ni durante su fabricación, ni uso, ni combustión.
Los tubos que pasan por los muros exteriores han sido situados entre los ladrillos macizos y el aislante de cáñamo, dada la dificultad de abrir rozas en los ladrillos macizos. En los muros interiores, al ser de ladrillos perforados, si se han podido abrir rozas y embutir los tubos.
Con respecto a la producción de electricidad, queremos poner placas fotovoltaicas con un sistema de acumulación que suministre la electricidad a los electrodomésticos de bajo consumo y a la iluminación. Este sistema poseerá un sistema automático para que se conecte a la red eléctrica cuando la carga de las baterías no sea suficiente. Los electrodomésticos de gran consumo (horno, inducción, lavadora, etc) se conectarán directamente a la red eléctrica.
Aún tenemos que decidir cuales serán los mecanismos del sistema eléctrico (enchufes, interruptores, etc). No hemos encontrado mecanismos sostenibles, que estén elaborados con materiales naturales o reciclados. Así que estamos abiertos a sugerencias.
La instalación está siendo realizada por Instalaciones Eléctricas JPR, empresa que se ha interesado y implicado en el proyecto y en el desarrollo se instalaciones sostenibles.
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