Para el suelo del interior de la vivienda hemos optado por una tarima maciza de bambú. Puesto que el bambú no es una árbol, sino una herbácea, para su recolección no es necesario desforestar, por lo que su regeneración es mucho más rápida. Las plantas de bambú son podadas, quedando la planta viva y generando nuevos troncos en una proceso de crecimiento muy rápido en comparación con la tasas de crecimiento de los árboles. Además, el bambú posee una excelente dureza y resistencia a la humedad, lo que lo convierte en una excelente y sostenible alternativa a la madera. La tarima de bambú tiene una dureza Brinell de 4,0, superior incluso a las tarimas de roble cuya dureza Brinell es de 3,8.

Posteriormente se colocó un aislante de cartón. El instalar aislantes debajo de las tarimas mejora la protección de éstas, disminuye el ruido al caminar y mejora el comportamiento térmico. Normalmente se utilizan aislante de foam, material es derivado del petróleo y altamente contaminante. El cartón que nosotros hemos utilizado es totalmente natural y, al encontrarse bajo la tarima, tiene una vida útil muy larga incluso si se moja.
Finalmente se instaló la tarima maciza de bambú, compuesta por lamas machiembradas. Hemos optado por la tarima de Tuka Bamboo, por ser de alta calidad, tener el sello FSC y emplear barnices ecológicos. La gran ventaja que presenta las tarimas macizas con respecto al parquet, es que tiene una duración muy superior al presentar una mayor dureza, pudiendo lijarse y ser re-barnizadas en el caso de que se arañe o estropee con los años. Esto permite que las tarimas tengan una vida útil mucho más larga, lo que mejora la sostenibilidad al disminuir el uso de recursos, a diferencia del parquet de baja calidad que tiene que ser reemplazado con el tiempo. La distribución e instalación ha sido realizada por Granada Interiorismo y Decoración S.L.
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