Otra función que realizan los electrodomésticos en la vivienda es facilitarnos la vida haciéndonos la colada y lavándonos los platos. Este tipo de aparatos, principalmente lavadora y lavavajillas consumen agua y energía, sobre todo al calentar al agua que utilizan en sus procesos. Como no podría ser de otra forma, para nuestro proyecto hemos optado por los más eficientes, al igual que los electrodomésticos para calentar y refrigerar de los que hemos hablado en anteriores entradas.

Además, hemos tenido en cuenta el consuno de agua, que en este modelo es de unos 42 litros por lavado. Hemos instalado, junto a la lavadora, un depósito de 200 litros, de forma que podemos acumular el agua que desecha la lavadora para reutilizarla en las cisternas de los inodoros. El conjunto de lavadora y depósito se ha situado en alto, aproximadamente 1 metro sobre el suelo, para aumentar la presión y poder llenar las cisternas por gravedad, sin generar ningún gasto energético.
Para racionalizar el uso de la lavadora es fundamental el usarla solo llena de carga y evitar, en la medida de lo posible, el uso de agua caliente. Además, en cualquier tienda de productos ecológicos podéis encontrar detergentes y suavizantes para la ropa fabricados con productos naturales y totalmente biodegradables.

Hemos instalado un lavavajillas Siemens A++ de 45cm. (SR26T891EU). Puede utilizar el agua caliente de las placas solares y posee un innovador sistema de intercambiador de calor entre el agua entrante y el saliente, lo que, además de evitar cambios bruscos de temperatura a la vajilla, disminuye el consumo energético. Además, posee un sistema llamado aquaVario que adapta automáticamente la presión del agua en función de la suciedad de la vajilla, lo que también optimiza el ahorro energético. En lo que a gasto de agua se refiere, este lavavajillas consume solo 9 litros por lavado, y gracias a su sistema aquaSensor, que mide la turbidez del agua optimiza los ciclos de lavado en función de la suciedad de la vajilla.
La mejor medida que se puede tomar para disminuir el consumo energético y de agua del lavavajillas es usarlo solo cuando esté lleno y evitar usarlo para hoyas, fuentes y elementos grandes. Por eso hemos optado por un lavavajillas de 45 cm, es decir, de los estrechos. Para una familia de pocos miembros, como la mayoría de familias en España, es difícil llenar el lavavajillas solo con platos, cubiertos y vasos, lo que provoca que finalmente se complete con elementos que no necesitan lavado o que es más eficiente lavarlos a mano, o lo que sería peor ponerlo en marcha sin estar lleno. Por eso hemos optado por un lavavajillas un poco más pequeño.
De esta forma eligiendo electrodomésticos eficientes, de gran durabilidad y haciendo un uso racional de los mismos, podemos disfrutar de comodidades en la vivienda sin que ello suponga un gran impacto sobre el medio ambiente.